Innovación en la industria alimentaria: retos y últimas tendencias

Ofrecer cada vez un mejor producto, optimizar la cadena de producción, aprovechar lo mejor de la tecnología aplicada y reducir costes para aumentar beneficios. Estos son los principales objetivos que la industria alimentaria se ha marcado en los últimos años.

La innovación alimentaria es clave para ello: las empresas cada vez invierten más capital en nuevas maquinarias y fórmulas de trabajo que tratan de revolucionar un sector que hasta hace muy pocas décadas apenas había evolucionado desde el punto de vista técnico.

¿Cuáles son los retos de la industria de los productos alimentarios? ¿Cuáles son los próximos avances que esperan los líderes del sector hortofrutícola? Repasamos algunas de las últimas tendencias que han llegado a este campo profesional.

Crear un sistema sostenible

La preocupación por el medio ambiente tenía que acabar penetrando en un sector que está en pleno contacto con el campo y con la naturaleza. La falta de recursos ha hecho que las industrias agroalimentarias se sensibilicen y opten por generar protocolos que contribuyan al aprovechamiento de bienes como el agua en los regadíos.

Esto también se ha trasladado a los centros de manufactura, donde se están instalando cada vez mejores máquinas para el lavado de productos como la patata. Esta innovación de procesos tiene una segunda vía positiva que es la del ahorro energético que la maquinaria moderna y optimizada supone para las empresas: las actuales cadenas de producción han conseguido reducir las facturas de la luz de las compañías españolas.

Garantizar un nivel de producción adecuado

La población internacional genera una altísima demanda de productos de calidad, bien preparados para el consumo y con una presencia muy apetecible en los lineales de los supermercados.

Uno de los principales retos del sector es producir una cantidad de frutas, verduras y hortalizas que esté a la altura de la demanda de los consumidores.

Para ello, el objetivo es mejorar cada día más los procesos de cultivo para hacerlos más rentables y minimizar los daños causados por plagas y enfermedades. El resultado de esto es un mayor nivel de kilos de producción y una más alta calidad que llevar a los centros de venta al público.

Luchar contra el desperdicio alimentario

Al igual que es importante asegurar un nivel de producción adecuado para la demanda de la población actual y futura, también es igualmente relevante reducir en todo lo posible el desperdicio alimentario.

La circularidad será clave en este sentido: los desperdicios o restos de los procesos de preelaboración pasarán a convertirse en fertilizantes para los campos a través de sistemas de compostaje.

Las principales industrias de nuestro país también están trabajando en generar nuevos usos de tipo alimentario: cortes distintos para usar todas las verduras y hortalizas, sistemas de conservación para evitar la degradación y mantener las propiedades organolépticas de los productos… Todo ello forma parte de un plan de desperdicio cero alineado con los objetivos de la Agenda Europea 2030.

Alargar la vida de los alimentos

El almacenaje de los productos es algo cada vez más importante. El sector se está apoyando en la tecnología para crear cajas con atmósferas y otro tipo de elementos que buscan que las frutas y verduras se conserven mejor, a la vez que se facilite su almacenaje y transporte.

El reto es hacer esto de una manera sostenible y absolutamente inocua para los productos.

En la actualidad ya existen decenas de métodos para alargar la vida de los alimentos, como las bolsas de vacío, pero los expertos del primer sector aseguran que el futuro próximo es absolutamente fascinante en ese sentido y que encontraremos cada vez mejores fórmulas para lograrlo.

Automatizar procesos

La robotización es un elemento con muy alta presencia tanto en el campo como en los almacenes en los que se trabaja con la fruta y la verdura. Los procesos como el corte o el calibrado son cada vez más precisos y se llevan a cabo sin prácticamente intervención humana.

Esto es clave para reducir costes y conseguir que los trabajadores de estas industrias puedan centrarse en otro tipo de tareas más relevantes para la elaboración del producto final, bien se trate de la venta de fruta y verdura fresca como de alimentos preelaborados o procesados.

Culminar el camino hacia el plant based foods

Plant based foods es un concepto reciente en el que se engloban todos alimentos procedentes de fuentes vegetales: frutas, legumbres, hortalizas y cereales se utilizan para crear hamburguesas, carnes veganas y otro tipo de productos que están siendo muy bien acogidos por la sociedad contemporánea debido a que ayudan a reducir el consumo de carne.

Culminar esta carrera, ya iniciada hace algunos años, será uno de los principales puntos de la revolución que el sector hortofrutícola va a vivir en el corto plazo: muchas empresas especializadas en la producción y venta de verduras añadirán este tipo de procesos en su proyecto de creación de productos alimentarios.

Estos son algunos de los retos más importantes dentro del campo de la innovación alimentaria tanto del presente como del futuro: la tendencia se encamina a crear un mundo más sano, donde el comensal apueste por verduras de calidad y que estas se produzcan de manera responsable y ecológica.

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