Basta con entrar en un supermercado para comprobar lo complejo que es el sector de la alimentación. En la actualidad, la mayoría de productos no se presentan frescos, tal y como llegan del campo, del mar o de la granja, sino que pasan por una secuencia de preparación, limpieza o conservación para hacerlos más atractivos y de fácil consumo.
Esto es lo que se conoce como el procesado de alimentos: técnicas y manipulaciones que modifican, en mayor o menor medida, las condiciones naturales de un alimento para hacerlo más atractivo.
Obviamente, en un contexto como el actual, existen diferentes fórmulas de procesado, así como un gran abanico de opciones de maquinaria que se usan en la industria. Elegir unos u otros dependerá de los objetivos que se busque obtener con este tipo de trabajos.
En la industria alimentaria, estas máquinas que ayudan en los protocolos de preparación y conservación de la materia prima cada vez están más presentes dentro de la cadena de producción.
Instalaciones pensadas para cortar brócoli, dispositivos que lavan patatas de manera automática, peladoras… Son muchas las opciones que la ingeniería alimentaria ha puesto a disposición de las empresas, que pueden llevar a cabo estos trabajos con mayor eficiencia, velocidad y seguridad.
Como hemos señalado, cualquier cambio de estado que se produzca en una verdura o fruta puede ser considerado como un procesado de esa materia prima. Por supuesto, en este sentido hay que hablar de distintos niveles de intervención. Y por eso en el mercado también se diferencian los procesados de los ultraprocesados, que requieren de una mayor intervención y se alejan del consumo más natural de los productos.
Los alimentos procesados —como el brócoli cortado o la patata cocida conservada, por ejemplo— son tan útiles para el sector de la hostelería como para el usuario final en su casa.
Al fin y al cabo, lo que se busca es agilizar ciertos pasos que se deben dar en la cocina, como limpiar las frutas y verduras y eliminar las partes no comestibles.
Son muchos los procesadores de alimentos que existen en estos momentos y que ofrecen una serie de resultados diferentes a los productores. En la industria también existe la posibilidad de optar por una procesadora de alimentos combinada, que en un mismo montaje ofrece una serie de trabajos distintos sobre un tipo de producto: recepción, preparación, lavado, prefrito y envasado, por poner un ejemplo.
Estos son los principales tipos de procesamiento que se utilizan en la actualidad en la industria alimentaria:
El corte es, quizá, el tipo de procesamiento más básico. Tanto es así que muchas personas no entienden esto como un proceso de manipulación del producto, ya que es básico en cualquier receta o preparación.
Sin embargo, desde un punto de vista técnico el corte es un proceso que se hace a los alimentos para facilitar su consumo. Un ejemplo es el del brócoli, al que se le retira la parte no comestible del tallo para que solo llegue a los lineales de los supermercados la pieza que se puede utilizar.
Además, en la actualidad el sector agroalimentario requiere de unas técnicas de corte muy precisas y específicas para satisfacer al usuario final y cumplir, a la vez, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En ese sentido, las nuevas tecnologías se han convertido en un elemento clave. Las máquinas de corte de Aitenet cuentan con sistemas de visión e inteligencia artificial para analizar el producto de manera personalizada y adecuar el corte dependiendo de su tamaño, forma y otras características.
Las máquinas aprenden lo que es un brócoli, una coliflor o cualquier otro producto para modificar el tipo de corte, usar un tipo de cuchilla u otra e incluso trabajar a diferentes alturas, reduciendo en todo lo posible el desperdicio alimentario.
También el lavado es uno de los métodos de procesamiento más habituales en la industria. Se utiliza para retirar tierra, eliminar insectos y preparar la fruta o verdura para un empaquetado y exposición mucho más atractivos para los clientes finales.
El lavado se puede realizar tanto en frutas como en verduras muy delicadas como la lechuga. La maquinaria actual permite adaptar los procedimientos a la naturaleza de cada vegetal para que el lavado no los perjudique.
Las peladoras industriales permiten eliminar las partes externas inservibles de frutas y verduras a grandes cantidades de materia prima en poco tiempo. De esta manera, se pueden embolsar y preparar para el consumo o el uso en restaurantes eliminando una tarea que resta tiempo y entorpece la preparación de un plato.
Existen máquinas pensadas para pelar patatas con un sistema abrasivo o para eliminar la piel de las cebollas. Generalmente, este es el primer paso de un protocolo de procesado más complejo, como puede ser la preparación de patatas fritas congeladas o cebolla cortada ultracongelada.
Para la elaboración de zumos, purés o mermeladas se hace necesario triturar grandes cantidades de producto. En estos casos, lo mejor es contar con maquinaria especializada capaz de retirar todas las pieles, huesos y partes no comestibles y dejar solo la pulpa o las partes deseadas de la materia prima.
El triturado también suele formar parte de un esquema de procesamiento más complejo, que puede llevar a productos enlatados, en bricks o en tarros de cristal, dispuestos para su consumo directo.
Todas estas posibilidades demuestran que el procesado de alimentos es un sistema clave de la industria alimentaria: el cliente final y los profesionales de la restauración cada vez requieren una mayor comodidad a la hora de ponerse a los fogones y una procesadora de alimentos es esencial para servirles los productos de la mejor manera, listos para su uso.
Ait es fabricante de maquinaria de gran calidad para la industria alimentaria, cuenta con una amplia experiencia, espíritu innovador y vocación de servicio a nuestros clientes.
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